martes, 1 de septiembre de 2009

Carta de Chimbote


Estuve hace poco un par de días en Chimbote, la principal ciudad industrial del norte del Perú. Me invitó la Universidad Los Ángeles de Chimbote donde ofrecí una conferencia y luego participé en un divertido concierto en el que cantó la soprano lírica Verónica Electo y el niño Cristian Agüero, tocaron Daniel Cortés y Gerardo Chávez y el trío de cuerdas de Hernán Valdivia a quienes acompañé con un par de piezas de flauta. La noche anterior estuvimos en la catedral de Nuevo Chimbote (población 220,000 hab.) y luego fuimos con su dinámico alcalde Valentín Fernández y nuestro anfitrión Juan Armijo y los miembros de la Sociedad Cívica Chimbotana al restaurante del gaucho Zubzuck, ex arquero de la U, donde el niño Leonardo Estrada, quien nació ciego y es prodigioso en el teclado, nos tocó unas lindas melodías.

Aparte de estos divertimientos musicales, me llevo la impresión, después de varias visitas a universidades en todo el país, que nuestra juventud universitaria esta mucho más optimista que hace diez años. Su principal preocupación es cómo va a ir la economía y su participación futura en ella; esa impresión viene no sólo de universidades privadas sino también de las estatales, tales como San Marcos, la Agraria, Huamanga, y universidades nacionales en lugares tan diversos como Arequipa, Cusco, Piura, Pucallpa y Huancayo.

Obviamente la mejora económica relativa de los últimos ocho años, en todas estas ciudades, es la causa principal de este cambio positivo. Pero Chimbote parece haberse quedado atrás, aparte del optimismo que se ve en el sureño Nuevo Chimbote. Los dos grandes sectores industriales de la zona, la pesca y el acero, están golpeados. En el caso de la pesca, al amparo de las facultades legislativas delegadas, se estableció el año pasado un sistema de cuotas de pesca. Obviamente el objetivo de mayor eficiencia se está dando -si no pescas tu cuota, pierdes lo que no pescaste- pero en el camino hay perdedores, sobre todo los operadores medianos y los servicios, tales como repuestos y mecánicos, que los abastecen. En cierta medida, parte de todo esto es inevitable, pero urge una presencia del gobierno para explicar un poco las cosas. De otra manera, se puede crear un ambiente de presión bastante disconforme.

En el caso del acero, la crisis internacional ha afectado negativamente la venta y producción de acero nacional: en enero y febrero de este año la venta de acero nacional había caído casi 80% con respecto a la cifra a mediados de 2008. Ahora ha habido una recuperación parcial pero todavía estamos 40% por debajo del año pasado, igual que en el resto del mundo. La privatizada Siderperu ha reducido puestos de trabajo y ha anunciado una reconstrucción del alto horno, que esta parado por el momento. Gerdau, la brasilera dueña de Sider, esta cumpliendo el programa de inversión anunciado en el momento de la privatización, pero obviamente esta muy lejos de cumplir las infladas expectativas que anunció en 2007. Se debe explicar más claramente porque el "revamping" del alto horno no ha podido absorber por el momento los trabajadores excedentarios, como ha ocurrido en el pasado en países tan diversos como Argentina Y México. Aquí también es importante la presencia del estado con la alta dirección de la compañía.

Finalmente, varios problemas complejos de la región Chimbote siguen sin resolución, tal como la irrigación Chinescas al pie del río Santa. La carretera Casma-Huaraz, iniciada en el gobierno anterior, aún no está terminada. La situación le parece paradójica a los observadores locales, dados los ingentes recursos del Canon Minero que tiene acumulados la región Ancash -claro esta que éstos no se podrían utilizar en una vía nacional sin cambios legislativos.

Chimbote necesita que las autoridades de Lima le presten más atención.

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